Claudia y Rodrigo, fundadores de La Masandera y cada uno con un mundo de experiencia –ella en administración hotelera, retail, marketing y ventas; él en el sector HORECA y maquinaria para panificación–, encontraron la oportunidad de unir sus talentos durante la pandemia, en un momento de reinvención para muchas familias.

La inspiración llegó gracias a una de sus hijas, quien comenzó a estudiar panadería. Su entusiasmo por el arte de hacer pan los llevó a enamorarse del proceso: la magia de mezclar ingredientes simples y transformarlos en algo que nutre tanto el cuerpo como el alma.

De esos momentos en familia, entre amasados, hornos encendidos y el aroma del pan recién hecho, nació La Masandera. Un proyecto que no solo une sus conocimientos y experiencia profesional, sino también sus valores: el amor por lo artesanal, la calidad y la conexión con las tradiciones.

Hoy, La Masandera es mucho más que un negocio. Es el resultado de un sueño compartido, una apuesta por reinventarse y una forma de inspirar a otros a seguir sus pasiones. Y con el reciente reconocimiento del Premio SERCOTEC 2024, este sueño sigue creciendo, reafirmando que el trabajo en equipo y la dedicación pueden lograr cosas extraordinarias.

Porque detrás de cada pan hay una historia, y esta es la nuestra.